Tanto la alcalinidad alta como la baja, en su punto más extremo pueden causar ardor en los ojos y picazón en la piel. En niveles menos agudos, la alcalinidad del agua puede irritar la capa superior de la piel, provocando que se sienta seca y haciéndola más susceptible a sufrir daños. La alcalinidad total debe mantenerse entre 80 y 120 ppm. Para aumentar la alcalinidad baja y estabilizar el pH, use bicarbonato de sodio durante un período de tiempo.
Para reducir la alcalinidad alta, puede utilizar un reductor de pH o ácido muriático. Mejor aún, evite la acumulación de minerales y el agua turbia desde el principio con ProtectPlus, que inactiva los minerales dañinos. Para el agua verde, utilice un tratamiento de choque y trabaje para restaurar el equilibrio general del pH de su spa. Una vez equilibrado, utilice un estabilizador sin cloro, como pastillas bromadoras, para controlar las algas y las bacterias.
Como regla general, enjuágase siempre después del uso con agua tibia, no caliente, y seque la piel dando palmaditas en lugar de frotarla. Consulte "Cómo mantener la piel sana después del uso" para obtener más consejos sobre el cuidado de la piel.
Controlar la alcalinidad del agua es una parte importante del mantenimiento del spa. Los niveles alcalinos y el pH desequilibrados pueden disminuir la esperanza de vida de su spa y provocar problemas costosos en el futuro. No se salte este importante paso de mantenimiento del agua.