El BAÑO TURCO ÓPTIMO

El mejor momento para tomar una ducha con baño turco es por la noche antes de cenar o en cualquier caso con el estómago vacío después de una ducha tibia, aunque no hay contraindicaciones temporales para este tratamiento.

Se puede repetir dos o tres veces por semana.

Como se ha descrito anteriormente, el principal órgano involucrado es la piel, con dilatación de poros y transpiración. Esta condición conduce a una limpieza profunda de la piel de aquellas sustancias consideradas tóxicas acumuladas (retención de agua por sodio, alcohol, nicobañera, metales).

Esto también conduce a una cascada de todos aquellos mediadores que fortalecen el sistema inmunológico, asegurando una mejor prevención de enfermedades o una reducción en términos de duración y frecuencia de las agudizaciones de enfermedades crónicas (dolores reumáticos, inflamaciones en general y en particular las de las vías respiratorias).

Es un excelente remedio para el acné y la dermatitis. La alternancia entre frío y calor, gracias a la vasodilatación generalizada, mejora la circulación sanguínea facilitando la llamada gimnasia vascular y elevando el umbral del dolor gracias a la vasodilatación sanguínea y linfática.

Además, la ducha con baño turco mejora el metabolismo aumentando su velocidad y facilitando la pérdida de peso. A nivel del sistema nervioso central y periférico, mejora la relajación muscular y general.